AB Riesgo Cardiovascular

El Riesgo Cardiovascular es la probabilidad de que una persona sufra un Evento Cardiovascular Arterioesclerótico mortal o no mortal en un período de tiempo definido.

Esto es el resultado del efecto combinado de varios factores de riesgo cardiovascular que pueden ser modificables o no modificables.

Los factores de riesgo cardiovascular modificables son:

  • Hipertensión arterial
  • Hipercolesterolemia
  • Síndrome Metabólico y Diabetes
  • Sobrepeso y Obesidad
  • Tabaquismo
  • Sedentarismo

Los factores de riesgo cardiovascular no modificables son

  • Edad
  • Sexo
  • Raza
  • Antecedentes familiares.

En los últimos años se ha visto un aumento de alguno de los Factores de Riesgo Cardiovasculares (FRCV) como son la obesidad y la diabetes.

¿Cómo se produce un evento cardiovascular?

El evento se produce por la acumulación de depósitos de grasa en las arterias, conocido como arteriosclerosis, que junto con los otros factores de riesgo cardiovascular mencionados anteriormente aumentan el riesgo de padecer enfermedad cardíaca y vascular, ya sea en vasos cerebrales o en otras zonas periféricas (por ejemplo los órganos genitales).

Hay evidencia que confirma que el evento clave que desencadena la aterogénesis es el aumento del colesterol LDL (Low Density Lipoprotein) y otras apolipoproteínas.

Estudio de los factores de riesgo cardiovascular.

El estudio de los factores de riesgo cardiovascular consta de una buena anamnesis, una exploración física y un estudio con determinadas pruebas diagnósticas complementarias. De esta forma podremos realizar un diagnóstico preciso y establecer un plan terapéutico para prevenir un evento cardiovascular.

Las pruebas diagnósticas más frecuentemente utilizadas en el estudio de los factores de riesgo cardiovascular son:

  • Análisis de sangre completo.
  • Electrocardiograma.
  • Ecografía Doppler de la Arteria Carótida Cervical.
  • Holter de Presión Arterial (MAPA) 24h.

¿La disfunción eréctil está relacionada con los factores de riesgo cardiovascular?

Una función eréctil normal necesita la coordinación de factores vasculares, neurológicos, cavernosos, hormonales y psicológicos. La afectación de alguno de estos factores podría causar disfunción eréctil.

Tradicionalmente se ha clasificado el origen de la disfunción eréctil en orgánica, psicógena o mixta.

Hoy sabemos que podemos encontrar una causa orgánica en un 80% de los casos. 

Las principales causas de disfunción eréctil de base orgánica son las representadas en la tabla 1 (Fernández Rodríguez et al)

Los factores de riesgo cardiovascular (tabaco, hiperlipemia, hipertensión arterial, diabetes, etc.) son la causa de disfunción eréctil de origen vascular más frecuente. La buena noticia es que podemos tratarlos. 

La diabetes mellitus produce una arteriopatía y neuropatía autonómica que causa disfunción eréctil en edades jóvenes (el 35-50% de los hombres con diabetes sufre disfunción eréctil).

La hipertensión arterial puede causar disfunción eréctil también debido a la arteriopatía que causa.

La hiperlipemia produce un acúmulo de colesterol en las arterias que deriva en una arteriopatía periférica, favoreciendo la aparición de disfunción eréctil.

Los hábitos nocivos para la salud como fumar, la obesidad y la falta de ejercicio, pueden contribuir a la disfunción eréctil afectando al flujo sanguíneo de los vasos.

La disfunción eréctil puede ser, por tanto, un marcador de Riesgo Cardiovascular y podría indicar enfermedad arterial también en otras localizaciones (Fig. 1 y 2). Por este motivo es importante realizar un estudio para tratar de forma específica todos los factores de riesgo cardiovascular añadidos.

¿Cómo puedo disminuir mi Riesgo Cardiovascular?

Como hemos explicado antes, el riesgo cardiovascular es el efecto combinado de los distintos factores de riesgo cardiovascular llamados, por lo que será necesario un abordaje integral.

En función del resultado del estudio del riesgo cardiovascular, se establecerá un plan terapéutico individualizado para cada paciente. Éste consistirá generalmente en:

Medidas no farmacológicas

En las medidas no farmacológicas incluiríamos la pérdida peso, medidas dietéticas, actividad física y disminución del consumo del tabaco y el alcohol.

Cabe remarcar que la pérdida de peso y las modificaciones dietéticas pueden disminuir hasta en un 70% los niveles de triglicéridos en sangre. La actividad física también juega un papel importante puesto que puede disminuir hasta un 30% más estos niveles.

Medidas farmacológicas.

Si con las medidas no farmacológicas no se logra un control adecuado de los factores de riesgo, puede ser necesario complementar el tratamiento con fármacos específicos según las necesidades de cada paciente y del factor de riesgo a tratar (antihipertensivos, antidiabéticos, hipolipemiantes, etc.).